[En este capítulo
del libro se habla de la hostilidad hacia el padre de los tribunales y de la
burocracia que vive de destruir familias y perseguir a los hombres. Las
referencias son a los Estados Unidos, país pionero de Occidente donde la
tiranía feminista y la persecución del padre estan más avanzadas. En nuestro
país aún no hemos llegado tan lejos pero sólo porque vamos con retraso, aunque
el nefasto Zapatero, el enemigo del varón y del padre, hizo todo lo que estuvo
en su mano para ponermos a la vanguardia en la infamia antimasculina.]
La
sociedad occidental, las madres preocupadas del porvenir de sus hijos, los
padres que quieren seguir desempañando sus funciones, observan con creciente
preocupación la temible alianza entre las mujeres divorcistas y una de las más
potentes lobbies contemporáneas, que aquí hemos llamado la fábrica de los divorcios. Un mecanismo que ya tiene experiencia en
utilizar los aparatos del Estado para destruir la célula base de la sociedad:
la familia. […]
En
todo Occidente hablar de los derechos de los padres es extremadamente impopular
[…] y sin embargo las madres no ofrecen mayor garantías en cuanto a seguridad y
bienestar de los hijos. Al contrario. Según datos del Ministerio de la Justicia
americano, el 70% de casos de abuso infantil comprobado, y el 65% de los
homicidios de hijos a manos de los padres, son cometidos por las madres, no por
los padres […] La madre encargada de la custodia del niño tiene cinco veces mas
probabilidades de matarlo respecto al padre. En conjunto los niños tienen un
88% más de probabilidades de sufrir serios daños por abuso o abandono por parte
de la madre que por parte del padre.
Sin
embargo en la práctica de la máquina de
los divorcios todo ello no tiene ninguna importancia […] Después de la
custodia las madres divorciadas obstaculizan en todas partes el encuentro de
los hijos con los padres, aunque todas las investigaciones psicológicas
demuestran los graves daños a los hijos que esta actitud produce. […]
Según
el Royal College of Psychiatry inglés,
a partir de 1970 el suicidio entre los varones ha aumentado del 72%, mientras
el de las mujeres ha permanecido constante. Fue precisamente en 1970 cuando la
orientación antipaterna se volvió dominante, también por efecto de la
afirmación del feminismo, cuyas militantes fueron en buena parte absorbidas por
la magistratura y las demás profesiones activas en la fábrica de los divorcios como psicólogos y asistentes sociales. […]
[En
Estados Unidos] El poder ilimitado [de los tribunales de familia] es un lugar
donde se entrelazan muchos intereses materiales: los de los jueces, en su
carrera, y aquellos, a menudo interdependientes, de los grupos de profesionales
que colaboran e intervienen en la empresa de los divorcios. […] Para que los
negocios empresariales de la burocracia del divorcio vayan de la mejor manera
posible, sin embargo, una condición es ciertamente necesaria: echar al padre de
la familia. […]
Una
vez fuera de casa, el padre es un fuera de la ley potencial. En Estados Unidos
se le puede detener porque va al encuentro de sus hijos sin autorización en un
lugar público, como el zoo, o la iglesia, o por haberles llamado por teléfono
cuando no estaba previsto, o por enviarles postales. Los padres que han caído
bajo las garras de la fábrica de los
divorcios pueden ser sometidos a cualquier tipo de investigación y pesquisa,
como cualquier malhechor. Sus papeles personales, los documentos financieros y
sus casas deben estar accesibles a cualquier petición. Los niños mismos pueden
ser usados como informadores. Sus hábitos están sujetos a la valoración del
tribunal. […] Los padres, sin ser acusados de ningún delito en particular, se
deben a menudo someter a la prueba del plethysmographs,
durante la cual un sensor electrónico se coloca en el pene, mientras se
obliga al padre a ver películas pornográficas con niños, y sus eventuales
reacciones sexuales se registran automáticamente. El objeto es demostrar que el
padre, aún no acosado de abusos, debe ser expulsado de casa porque es un
abusador potencial [...]
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