Por Gianantonio Valli
Miércoles 2 de Mayo
Tras
una breve entrevista en la sala central del hotel con operadores de la
televisión pública, en la cual he afirmado que Siria se encuentra en el corazón
de la estrategia de agresión occidental-hebrea a Irán y en una perspectiva más
amplia, por lo que respecta a EEUU y la alta finanza, a Rusia y China, nos
desplazamos a pie hasta el cercano Parlamento. La entrada está a una veintena
de metros. Nos recibe el presidente Mahmoud al Abrash, afable, de unos sesenta
años, cabellos grises, piel rosada y ojos claros, que nos informa de cómo, por
impulso del joven presidente Bashar al Assad, un comité de juristas,
parlamentarios y miembros de la sociedad civil ha elaborado el texto de una
nueva Constitución. Deberá ser aprobada por el Parlamento que saldrá de las
elecciones el 7 de mayo. Campaña electoral animada, en la cual 7.195 candidatos
(de los cuales 710 mujeres) aspiran a los 250 escaños de la Asamblea Nacional.
Actualmente el gobierno está sostenido por una mayoría de nueve partidos, entre
ellos el Baath, que ya no tiene la hegemonía de que gozaba en otros tiempos;
además de candidatos independientes, se presentan a las elecciones otros nueve
partidos de una oposición más o menos determinada.
Después
del coloquio subimos a la sala del Parlamento, en ese momento ocupada por la
Asamblea de los Jóvenes que, curiosos ante nuestras miradas como nosotros hacia
ellos, alzan la mirada de los escaños. Oudai inflama gran parte del hemiciclo,
que lo aplaude frenético cuando recuerda que ellos, y los sirios todos,
representan en estos días no sólo a sí mismos, sino también los venezolanos de
Chávez, los cubanos de Fidel Castro, los guerrilleros de Hezbollah, los
resistentes palestinos, los iraníes y todos aquellos que resisten a la opresión
americana y sionista; sólo algunos jóvenes en el ala derecha se abstienen de
aplaudir. Nuevas entrevistas periodísticas y televisivas a Esposito, Bernabei,
Sensini y Pilato.
A
primeras horas de la tarde, encuentro con el ministro de Información, que tras
responder a las preguntas nos comunica la lista de los 114 periodistas de
muchas nacionalidades que hasta el 20 de marzo han sido recibidos por él y que
–casi todos- han tergiversado en sus artículos la dinámica de los eventos,
acentuando de manera incorrecta las reacciones de las legítimas fuerzas del
orden (no existen las “milicias” paramilitares” de las cuales fantasea la
Prensa Libre) e ignorando las atrocidades de las que se han manchado los
“combatientes por la liberación”.
Nos
desplazamos luego en minibus para visitar al Patriarca Gregorios III de la
iglesia greco-católica melquita [Nota:
iglesia oriental católica que sigue el rito bizantino y goza de autonomía pero
mantiene la unión con la Iglesia Católica de Roma], que nos acoge cordial,
hablando en italiano, y recuerda la visita del papa Juan Pablo II. Nos
proporciona la “Declaración Final de la Jerarquía Católica en Siria”, emitida
el 25 de abril por el arzobispado maronita de Aleppo en un concilio por él mismo
presidido. En el documento se estigmatiza no sólo la agresión armada cada vez
más cruenta contra los sirios por parte del terorrismo internacional, sino
también las mentiras propagadas por los medios de “información” occidentales.
El alto prelado subraya cómo hasta ahora, y especialmente bajo la guía de
Bashar al Assad, todas las comunidades religiosas –alauitas, cristianos de las
varias confesiones, chiítas, sunnitas- han vivido en relaciones de tolerancia y
paz. Invita después a contribuir para construir una Siria democrática y
multipartidista, recomendando a todos “a participar plenamente en las libres y
correctas elecciones para la Asamblea Nacional el próximo 7 de mayo, para
expresar la voluntad popular”.
De
vuelta al hotel nacia el final de la tarde, nos desplazamos rápidamente al
hotel donde se alojan los nuevos observadores de la ONU; llegados allí
intercambiamos algunas palabras con el portavoz de la misión, el sonriente y
escurridizo indio Neeraj Singh. Poco antes de medianoche, en un pequeño restaurante
cenamos “a la siria” en presencia de familias enteras y mujeres, jóvenes y
menos, que llevan el velo alrededor del rostro.
Jueves 3 de mayo
La
jornada más intensa de nuestra estancia. Precedidos por dos autos de escolta y
seguidos por un tercero, el minibus parte a las 8, hacia el sur por la
autopista de Daraa, la ciudad en la que tuvieron origen los primeros
desórdenes. Durante unos setenta kilómetros vemos campos verdes de olivos y
grano, fruto de las obras de bonificación e irrigación llevadas a cabo en los
últimos años setenta por Hafez al Assad, el general de aviación que se
convirtió en presidente, hombre de humildes orígenes que barrió un régimen
parafeudal, modenizador sin piedad y padre de Bashar, un personaje definido por
Oudai, con extremo respeto, “padre de Siria”. Montones de piedras procedentes
de los campos y las torres de las líneas eléctricas jalonan la autopista.
Alguna tienda de pastores y construcciones de cemento, muchas de las cuales
tienen sólo el esqueleto de hormigón.
La
ciudad no se presenta para nada destruida por los “cañonazos” de las “milicias”
(o de los “esbirros”) del “dictador”, como pretende la prensa
occidental-saudita sino, aun entre algunas miradas hostiles, animada, con
bastante tráfico, con tiendas abiertas y mucha gente, que camina tranquila en
las aceras o cruza la calle bajo la mirada de los guardias de tráfico.
El
gobernador de la provincia, Ahmad al Annoush, nos recibe en el Palacio del
Gobierno enviando “a través de vosotros
saludos cordiales a todos los ciudadanos italianos y a todos los hombres libres
que quieren documentar la verdad”. La provincia por él gobernada tiene
1.200.000 habitantes, el 4% de la población siria, la mitad de los cuales sólo
en Daraa. La frontera con Jordania está sólo a tres kilómetros, una pista de tierra y un torrente, sin alambre
de espino o impedimentos para el paso. Como los pastores que lo atraviesan
libremente en ambos sentidos, así los terroristas entran en Siria con la misma
facilidad, a menudo con la complicidad de la policía jordana.
La
economía de la provincia es esencialmente agrícola: cereales, vino de mesa
(70.000 hectolitros en 2011), olivos (seis millones de plantas); 15.000 son las
empresas agrícolas. En la ciudad se hallan los restos de un anfiteatro romano.
En los últimos años, cincuenta mil habitantes de la provincia se han desplazado
hacia los países del Golfo, desempeñando ahora un importante papel en el
terrorismo y el envío de armas. En la provincia existen siete hospitales
públicos y siete privados, además de 97 ambulatorios médicos. Desde el 1979
toda la provincia está bonificada y electrificada; en 1982, tres años después,
concluyeron los proyectos de modernización en todas las aldeas. En Siria todos
los árabes, es decir los árabes de los demás países, pueden entrar sin visado.
El
gobernador continúa subrayando que contra Siria se está combatiendo un nuevo
tipo de guerra, que es parte de una “agresión universal”. EL 18 de marzo de
2011 grupos de manifestantes presentaron peticiones para “combatir la corrupción”;
en pocos días el número de grupos de oposición subió vertiginosamente, con una
violencia creciente. El 24 de marzo fueron asaltados el tribunal,
posteriormente incendiado con dos muertos, el centro antidroga y otras
instalaciones estatales. El 23 fue sostituido el gobernador, como los
ciudadanos habían solicitado; a pesar de ello y de los encuentros pacíficos con
líderes religiosos, representantes de las distintas profesiones y otras
autoridades populares, la violencia aumentó, fueron atacados cuarteles y
ayuntamientos, devastadas varias infraestructuras. El 4 de abril el doctor
Amoush tomó posesión del cargo, tres días después comenzaron las primeras
manifestaciones armadas, con difusión mundial de vídeos filmados ad hoc por los terroristas. Fue quemada
la sede de la televisión pública. Un comité de cincuenta ciudadanos, de los
cuales catorce delegados de los manifestantes, fue recibido por Bashar al
Assad, al que solicitaron la retirada de las tropas y el acuartelamiento de la
policía. Para no exasperar la situación la petición fue aceptada: desde el 14
hasta el 21 de abril la ciudad estuvo sin policía ni guardias.
Inmediatamente
fueron asaltadas escuelas y cuarteles, funcionarios públicos secuestrados. El
21 de abril todos los policías de un cuartel fueron asesinados y sus cadáveres
ultrajados. Cuatro días después, bajo petición de grupos de ciudadanos
atemorizados y hartos de la violencia, el ejército volvió a la ciudad y a
algunos pueblos. Sin embargo, apoyados por Francia, Inglaterra, EEUU, Israel,
Arabia Saudita y Qatar, los terroristas son cada vez más audaces. Un
emblemático ejemplo de desinformación: mientras una periodista francesa
mantiene un coloquio con el gobernador en su oficina, la emisora de Qatar
Al-Jazeera, la voz más deshonesta del mundo árabe junto a la saudita
Al-Arabiya, “informa” que el edificio donde se desarrolla la entrevista ha sido
ocupado por los “rebeldes” y está siendo bombardeado por el ejército. Cuarenta
son los corresponsales extranjeros llegados clandestinamente, sin el permiso
del gobierno. Como la periodista francesa, también algunos de sus colegas
egipcios, allí presentes, han sido “barridos” por sus emisoras.
Actualmente
ha sido abolida la ley de emergencia promulgada el año pasado, el gobierno ha
cedido a las –más o menos legítimas- peticiones los descontentos; a pesar de
ello continúan los asaltos contra objetivos estatales y las agresiones a los
simpatizantes del gobierno, o simplemente a los civiles no alineados. El
ambiente terorrista es variado: integralistas religiosos, extremistas de todo
tipo, mercenarios libios, salafitas, Hermanos Musulmanes, delincuentes comunes,
traficantes de droga, exaltados varios y desequilibrados como se encuentran en todas
las sociedades. Motivos de la guerra provocada por EEUU e Israel: “integrar”
Siria como lo fueron Irak, Líbano y Palestina, someter a Irán, conservar la
posesión del Golán, alturas distantes de Daraa sólo 45 km. Actualmente hay en
la ciudad, con plena libertad de movimientos, cuatro observadores de la ONU: “Balas contra balas, no bombardeos del
ejército”. En los últimos meses han sido incendiadas 300 escuelas de un
total de 973, grupos terroristas prohíben asistir a ellas; ahora los nuevos
objetivos son los candidatos a las elecciones. Todo lo que es estatal ha sido
devastado: teléfonos, correos, autobuses.
Para
aliviar la tensión el gobernador se saca del bolsillo un paquete de cigarrillos
y los ofrece a los presentes. Intento al principio declinar la invitación diciendo
que como médico no fumo y que, ofreciéndonos los cigarrillos, pensaba “que Usted nos estaba diciendo, es más asegurando
que [fumar] es bueno”. Sonriendo, el gobernador se levanta y me ofrece un
cigarrillo: “Fume, si no le arranco las
uñas”. De frente a tanta sociabilidad me rindo, tomo el cigarrillo y
mientras el gobernador me la enciende, observo que es el primero que fumo en
cincuenta años. Nos ofrecen después naranjada, té y café. El gobernador
prosigue: “Las relaciones intersociales
en Siria son distintas que en cualquier otro Estado árabe. Se nos puede llamar
laicos. Nadie nos hará volver atrás […] Quieren reducir la sociedad a
miniestados, a grupos tribales, imponernos lo que debemos vestir y comer […]
cierto, si le decimos sí a América todo terminará”.
Se
nos entrega un DVD que lleva el título “Algunos ataques terroristas de los
saboteadores de Daraa”, acciones filmadas en parte por los terroristas para su
propia exaltación (impresionante en particular la escena del degüello y
decapitación de un policía inmobilizado en el suelo en una acera, las manos
atadas tras la espalda, la cabeza posteriormente arrojada en medio de la
calle), en parte por los militares para documentar la barbarie. Terminada la
reunión en el palacio, cuyo primer piso está protegido por pesadas planchas de
hierro, visitamos el Tribunal, devastado e incendiado el año pasado, y tomamos
fotografías; por todas partes señales del incendio, paredes ennegrecidas,
empapelados y marcos quemados, en el exterior un coche de la policía agujereado
por numerosos proyectiles. Rápida vuelta por la ciudad, sustancialmente
tranquila. Llegamos al hospital, donde se celebran, con la presencia de las
autoridades civiles y militares, los funerales solemnes de dos militares.
Discurso de un jefe árabe en keffiah, comedido
llanto de los familiares, muchas mujeres con velo y túnicas negras; los dos
ataúdes parten para el entierro.
A
mediodía, rápida vuelta a Damasco, con una breve parada para fotografiar un
puente de la autopista volado, desviación por el otro carril. Llegados a la
ciudad, Bonilauri nos comunica que por la mañana temprano ha saltado por los
aires el auto que llevaba a un general, milagrosamente ileso.
Por
la tarde, entrevista a los siete en la sede central de la televisión. Bonilauri
trata con incisividad de la cuestión geopolítica, Fallisi de la manipulación de
los cerebros por parte de la “información” y de la creación de una realidad
virtual –de “espectros, dice con propiedad- a la cual las masas se aclimatan
sin sentir ya ni siquiera rechazo por los horrores cotidianos, producidos por
los que llama “señores del caos”.
Tras
asegurar que comparto totalmente lo expuesto por mis amigos, y por tanto no tengo
más que añadir al respecto, ante la pregunta de la presentadora sostengo que la
agresión a Siria hay que encuadrarla en un proyecto más vasto de destrucción de
las naciones, en vista de la instauración de un único gobierno mundial bajo
control americano y hebreo. Si contra Libia, Siria e irán se han desencadenado
o e desencadenarán las armas, contra Europa la estrategia prevé llevar a la
miseria a sus pueblos y la cesión de su soberanía a entidades supraestatales
dominadas por la alta finanza. Informo además de que en Italia se está llevando
a cabo un golpe de Estado llamado “gobierno técnico”. Ha sido coordinado por el
máximo cargo institucional, el presidente comunista Giorgio Napolitano. Contra
él, como contra el jefe de gobierno Monti y el de la BCE Draghi han sido
presentadas denuncias por parte de ciudadanos, por alta traición, violación de
la Constitución y otros gravísimos delitos. Por otra parte, el proyecto de
privar de soberanía a la nación ha sido expuesto públicamente por Monti en la
universidad Bocconi de Milán el 27 de mayo de 2011.
No hay comentarios:
Publicar un comentario