"Hubo un tiempo en que el pensamiento era divino, luego se hizo hombre, y ahora se ha hecho plebe. Un siglo más de lectores y el Espíritu se pudrirá, apestará"

Friedrich Nietzsche

domingo, 8 de julio de 2012

ESCLAVOS DE LOS BANCOS (3)


Cómo devalúan vuestro dinero

Lo que hemos explicado anteriormente no es más que una parte del proceso inflacionario puesto en marcha por los bancos. Porque la banca inflaciona el dinero de manera aún más radical, con su misma existencia.

Para comprenderlo será necesario ilustrar una verdad entre las más disimuladas: hoy la moneda es, esencialmente, deuda.

Cuando necesita dinero, el Estado emite deuda pública: el Estado se compromete a pagar a quien la posee una cierta suma, con un tipo de interés determinado, en una determinada fecha.

Pero estos títulos no son aún dinero, no son todavía euros, o dólares. Pues la facultad de transformar la deuda pública en dinero pertenece al Banco Central [Nota: o los demás bancos que compran la deuda. También particulares pueden hacerlo pero esto no contribuye a la inflación] que compra estos títulos al Estado y los registra como activos.

Son activos porque se considera que el Estado emisor pagará antes o después su deuda. ¿De dónde viene esta confianza en la solvencia del Estado? De que el Estado puede extraer de sus ciudadanos todo el dinero que quiere a través de los impuestos; por tanto en los contribuyentes, en su trabajo y sus ganancias, se basa en definitiva la solvencia del Estado.

El Banco no arriesga entonces prácticamente nada. Registra los títulos de deuda pública como activo que utiliza para abrir un correspondiente pasivo, que es la cuenta abierta a nombre del Estado y de la cual éste puede retirar dinero […] y emitir órdenes de pago para pagar sus gastos.

Esta es la primera hornada de moneda ex nihilo que aumenta la masa monetaria presente en la economía, haciendo aumentar los precios de bienes y servicios. Pero es sólo el principio.

Los suministradores y los dependientes del Estado, en efecto, cuando reciben sus pagos, los depositan en cuentas corrientes. Allí cambian su naturaleza: se convierten en depósitos bancarios.

Doble naturaleza: la banca los registra como pasivos (porque algún día los deberá restituir pagando intereses) pero también como activos con lo cual están disponibles para conceder préstamos a terceros (cobrando intereses mucho mayores de los que paga por los depósitos).

Pero hay más: una vez registrados en los libros, los depósitos cambian de nombre y se convierten en reservas bancarias.

Gracias a este cambio mágico de nombre comienza la fantástica multiplicación de pseudo-capital. El truco se llama en la jerga bancaria (para que los profanos no lo entendamos)  reserva fraccionaria. Un depósito de 100 euros de un cliente es la reserva, que permite al banco prestar hasta 900 euros en total. Esto si el Banco Central ha ordenado a los bancos comerciales mantener reservas del 10% […]

El lector estará algo perplejo: ¿Cómo puede la banca prestar dinero cuando el depositante puede retirarlo en cualquier momento? ¿Cómo puede tener prestado nueve veces más de lo que tiene en caja?

En efecto la banca es radicalmente insolvente. Cuenta con que estadísticamente es muy improbable que todos retiren enteramente sus depósitos al mismo tiempo.

[Nota: es necesario dar aquí alguna explicación adicional porque creo que el texto original de Blondet no detalla este punto suficientemente y es algo confuso. No sé si mi explicación aclara mucho o no pero me parecía necesaria.

El mecanismo de la reserva fraccionaria permite al banco prestar 90 de los 100 euros depositados. Estos 90 euros a su vez serán depositados en el banco –que sea el mismo u otro no es relevante pues todo el sistema bancario está conectado y funciona como un gran banco- y por tanto con estos 90 euros depositados se podrá hacer otro préstamo de 81 manteniendo una reserva de 9 –el 10%-. En principio este proceso puede seguir indefinidamente y –es un ejercicio elemental de matemática- el resultado es una masa de préstamos con un límite teórico de 900 euros por cada 100 euros depositados en los bancos.

Límite teórico que no se alcanza porque no todo el dinero retirado va a parar a otro banco: hay transacciones en forma de billetes y monedas, y además pero el límite teórico se alcanzaría si todas y cada una de las transacciones económicas se realizaran a través del sistema bancario y los bancos consiguieran prestar hasta el máximo que se les permite. Por eso ponen tanto empeño en limitar las transacciones en metálico y obligar cada vez más a que todo pase por los bancos, con la excusa de la lucha contra el reciclaje y el dinero negro.

Es una cadena de préstamos y depósitos; aunque en cada anillo de la cadena el banco no haya prestado más de lo que ha recibido en depósito –ha prestado el 90%- el sistema bancario en su conjunto sí. Visto como un todo, globalmente, el sistema bancario ha recibido 100 euros en depósito y ha prestado –lucrando intereses- 900. Estos 900 euros son los sucesivos depósitos realizados por quienes han recibido los préstamos, es la cantidad total depositada. La insolvencia de los bancos reside en que los depositantes pueden exigir su dinero en cualquier momento y los bancos que han prestado no. Si todos los depositantes quisieran retirar el dinero en un cierto momento, al banco le faltarían estos 900 euros que no tiene en caja, los cuales puede exigir porque los ha prestado, pero no en ese momento, solamente en una fecha futura. De hecho ni siquiera existe todo ese dinero que es puramente virtual.

El mecanismo de la reserva fraccionaria es una pura y simple estafa; un tiempo estaba considerada una práctica ilegítima y era ilegal, pero con el tiempo los banqueros lograron la legalización de sus prácticas fraudulentas.

Finalmente, en todo lo comentado no se consideran los otros usos que los bancos pueden hacer de los depósitos, como realizar operaciones financieras e inversiones arriesgadas, que pueden llevar a un banco a la quiebra más fácilmente que la muy improbable retirada de todos los depósitos.]

Al final del proceso el importe del dinero creado de la nada por la banca será 9 veces el dinero originariamente creado de la nada con la deuda pública […]. Todo este dinero es deuda, una pirámide de deudas apiladas unas sobre otras. Sobre la deuda del Estado –del cual ha sido creada la moneda- se acumula la deuda del circulante de origen bancario.

Ahora se comprenderá mejor la frase de Ezra Pound, profeta duramente castigado por decir su verdad: “un pueblo que no se endeuda provoca la rabia de los usureros”

¿Y quién paga los intereses? Los que el Estado abona por su deuda, los que el deudor abona. Los paga el trabajo. El trabajo de las personas es lo que llena con riqueza real […] el pseudo-capital creado de la nada por los bancos.

[…]

Se dice que la inflación es un impuesto oculto. Ahora podemos añadir: es el impuesto oculto que la banca extrae de nuestro trabajo, que es lo único que crea riqueza real.

[…]

La diferencia y la diversidad sociológica entre siervos y amos nunca ha estado tan claramente delineada. No ha sido nunca tan fuerte en la historia. No en la Edad Media, no en el Imperio Romano, no cuando la moneda era de oro y convertible en oro. Sólo hoy hay verdaderos siervos y verdaderos amos. Quien crea el dinero, con el cual conmina trabajo a todos nosotros, ése es el verdadero amo que nos convierte en siervos.

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